lunes, 30 de noviembre de 2009

PALABRAS, SIEMPRE PALABRAS

Hay causas perdidas de antemano..., pero el evitar la violencia no debe de ser una de ellas.




Siempre diàlogo.

Entre amigos, entre vecinos, entre padres e hijos, entre hombre y mujer, entre pueblos.



Siempre palabras.

Que forman mensajes,

que calman el ànimo, que estimulan el diálogo; que se dicen con besos, a veces sin ellos.

Duermen el rencor y hacen renacer al Hombre.

Palabras, siempre palabras.



Gritos...

NO!, palabras.

Amenazas...

NO!, palabras

Violencia...

NO!, palabras.

Palabras sencillas, espontáneas;

palabras llanas.



Con el dolor pueden convivir las palabras: a veces, de vuelta, malsonantes.

Las palabras soportan la fuerza del mazo, de la ira, del fuego en la fragua.



¿A veces no quieres..., no quiero escucharlas?.



Palabras, siempre palabras.

sábado, 14 de noviembre de 2009

BASURA POR DOQUIER: GRAN HERMANO

Inicio la andadura de este nuevo blog con el siguiente post, propiedad de Marina, profesora en Béjar
Me ha encantado lo que narra y cómo lo narra. Os recomiendo visitar su blog:

http://marinahm.blogspot.com/


"Tengo que confesar, como si de un gran pecado se tratara, que no veo “Gran Hermano” ni otros programas similares. ¿Las razones? Entre otras, que me lo ha prohibido el médico. Me lo prohíbe mi religión, me lo aconseja mi estómago y, sobre todo, me lo prohíbe mi cabeza. Ella es muy mirada para algunas cosas. Se ha dado cuenta que el día sólo tiene 24 horas y algunas de ellas debe pasarlas desconectada, lo que se suele llamar durmiendo. El resto debe repartirlas entre trabajo, familia y aficiones…

Veo la tele a ratos, como tanta gente. No puedo presumir de ver los documentales de la 2, ni los preciosos programas divulgativos, esos no me los prohíben pero no me llaman demasiado. Con esto quiero decir que estoy dentro de la absoluta normalidad en lo que se refiere a gustos televisivos.

No veo Gran Hermano, nunca lo he visto. Pero las casualidades persiguen a los díscolos telespectadores y el otro día cenábamos con jóvenes (ellos y ellas) en mi casa. Cuando yo me senté a la mesa miré la tele y ¡Sorpresa! Un grupo de personajes disfrazados de vampiros decían unas horrorosas palabras, palabrotas y palabrotorras a voz en grito en mi televisión, aderezadas con actitudes grotescas y gestos obscenos… muy obscenos.

No daba crédito. Miré el reloj y eran las 22’10 h. Mis alumnos estarían todos despiertos, algunos, incluso, cenando en familia y alguno más, haciendo zapping, quiero suponer, seguramente estaría viendo las mismas imágenes que yo. No daba crédito.

Ninguno de los comensales parecía inmutarse, es más, les hacía gracia. Ganas me dan de reproducir aquí las bestialidades que se decían en el programa en cuestión, en la impunidad más absoluta. Después las explicaban y se explicaban con mayor o menor, sobre todo menor, fortuna.

Mercedes Milá, ¿periodista? ¿de prestigio? Se lo pasaba en grande eligiendo las imágenes más escabrosas e insultantes, parece ser, según me explicaron, que eso vende.

¡Qué pena de profesión!

¿Qué hago yo intentando educar a los niños y jóvenes en valores absurdos? La TV está en guerra con maestros y profesores. Nos arruinan las formas, los modelos, el trabajo, el esfuerzo. Es un colador que no cuela, por el que todo pasa y todo vale.

La curiosidad me puede casi siempre y he dedicado algunas tardes y noches a ver los programas que nos ofrecen las distintas cadenas en horario, digamos juvenil: ¡Vomitivo! Enredos de cama, de pasillos, de ducha, de puertas para adentro y puertas para afuera. Conversaciones de baño de discotecas reproducidas fielmente por los protagonistas de turno… ¡Para qué seguir, si todo el mundo sabe de lo que hablo!.

No lo descubro ahora, claro que no, pero los 5 minutos de GH del otro día han sido como la mecha que ha encendido mi indignación.

- No te pongas así, lo ve todo el mundo.

- Lo sé.
Y sin embargo no es eso lo que más me preocupa. Me revuelvo ante la impunidad de las cadenas televisivas que pueden poner lo que quieran a la hora que les convenga… los daños colaterales nunca han importado y nunca importarán"